Seminario de Actualización para Profesores y Directivos de Formación Docente

en el Area de Educación Artística

II Encuentro, Diciembre de 2000

Panel: Perspectivas actuales en el abordaje de los lenguajes artísticos

Ponencia: PERCEPCIÓN Y EDUCACIÓN MUSICAL

por María del Carmen Aguilar

 

¿QUE ES LA MUSICA?

Una vieja definición escolar dice:“la música es el arte de combinar los sonidos” y veces agrega: “de manera agradable al oído” -o, si el autor deja traslucir su educación autoritaria- ”según reglas establecidas”. En cualquier caso, estas definiciones, al centrarse en el sonido, dejan de lado el aspecto más importante de la música: la articulación del tiempo . La música es un arte del tiempo. En el devenir del tiempo que transcurre coloca marcas que lo articulan y lo condensan, generando su propio espacio temporal, sugiriendo la ilusión de la suspensión del devenir, venciendo al tiempo irreversible. Las “marcas” de que se sirve la música para articular el tiempo son los sonidos. Al afectar directamente nuestra sensorialidad, estos sonidos nos generan un primer nivel de experiencia . Sus vibraciones resuenan en nuestro cuerpo, se conectan con nuestra afectividad y nos producen sobresalto, excitación, alivio, placidez.

Aunque en todas las culturas hay alguna práctica musical, la música no es un lenguaje universal . Cada cultura ha organizado y codificado sistemas de selección de los sonidos, en sus alturas y timbres y en la manera de articularlos en el tiempo, generando muy diversos “lenguajes musicales”. Estos lenguajes mediatizan la comunicación entre el compositor y el oyente y generan un segundo nivel de apreciación: además del impacto sensorial que los sonidos producen, se despliega todo un código de convenciones que aporta significación a lo que suena.

El oyente, por el hecho de estar sumergido en su propia cultura maneja estos códigos intuitivamente. Cuanto más aprende a reconocer las sutilezas y posibilidades de estos códigos, mejor accede a nuevas fuentes de placer, relacionadas con la complicidad con las propuestas que el emisor del mensaje musical ha puesto en juego.

El estudio de los lenguajes musicales pasa necesariamente por el análisis de las propuestas en las que los músicos buscaron sus propias maneras de articular el tiempo. A partir de este material de estudio se pueden deducir ciertas leyes o tendencias generales y acceder además a la interesante heterogeneidad, variedad de enfoque y ambigüedad propias de las creaciones de los seres humanos.

Analizar música es una tarea apasionante. Tiene relación con la pasión que puede despertar la observación de la naturaleza humana y el estudio de la psiquis de los individuos y sus comportamientos sociales. Cada compositor ha dispuesto sus materiales en una síntesis propia. Cada intérprete ha encontrado un punto de equilibrio entre las infinitas posibilidades que le brinda la obra que ejecuta. Ponerse en contacto con esa síntesis y ese equilibrio implica conectarse con un punto de integración, con un estado en el que se trascienden los conocimientos y las técnicas y aparece otro plano de conciencia. Y el oyente puede entonces conectarse a través de la percepción del mensaje musical con su propia conciencia.

 

EL COMPLEJO SONORO

Un hecho musical es un fenómeno complejo: diversos tipos de sonidos se presentan en simultaneidad y sucesión generando aglutinamientos y texturas y construyendo ritmos. El primer contacto con el hecho musical es necesariamente global, un contacto sensible en el que nuestro ser se expone integralmente y se ve afectado por el fenómeno sonoro.

A partir de ese contacto es necesario explorar sus distintos componentes, observando cómo se relacionan entre sí, es decir, cómo está construida esa síntesis que hemos percibido.

Esta tarea tiene dos aspectos: por una parte, la observación del fenómeno y su descripción mediante el lenguaje técnico y por otra, la auto-observación , es decir, la toma de conciencia de las características de la propia percepción.

Este último aspecto es el más difícil de manejar ya que implica tener presente que uno, como sujeto de la experiencia, aporta sus tendencias perceptivas a la comprensión del fenómeno. Así, la objetividad del proceso se relativiza, hasta el punto de llegar a “oír” algo que materialmente no suena y no oír datos que contradigan nuestras previsiones o nuestro modelo interno del objeto.

Al observarnos a nosotros mismos como sujetos en interacción con el objeto no sólo se aclaran mejor las características del objeto sino que aprendemos algo sobre nosotros mismos: nos damos cuenta de la cantidad de preconceptos que empleamos en nuestra apreciación de la llamada “realidad” y de lo precario y provisorio de nuestros juicios y conclusiones. Aprendemos también que estas conclusiones son siempre susceptibles de ser revisadas a la luz de nuevos conocimientos -sobre el objeto o sobre nosotros mismos- en un proceso que se amplía y crece en una interacción creativa y enriquecedora. Aprendemos, por otra parte, a registrar nuestras expectativas y a disfrutar tanto con la confirmación de las mismas como con los desvíos, las sorpresas, los acontecimientos inesperados. Este aprendizaje nos sensibiliza, abre nuestra percepción a las sutilezas y nos vuelve menos esquemáticos y más abiertos a aceptar y disfrutar la diversidad infinita de los matices que los seres humanos muestran en sus creaciones.

Este aspecto del aprendizaje es crucial cuando se trabaja en grupo analizando música. Es muy interesante observar la diversidad de reacciones que aparecen ante el mismo objeto de estudio, la cantidad de puntos de vista desde los cuales se puede realizar la observación...y también la tendencia a negar la validez de las observaciones de los demás y privilegiar la propia. Ejercitándose en esta tarea uno aprende a someter el propio juicio al examen de otros, a indagar en profundidad sobre los datos que se tuvieron en cuenta para formular ese juicio y a extraer de las observaciones de los otros los elementos significativos que amplíen y perfeccionen las propias observaciones o las pongan en cuestionamiento.

 

QUE ANALIZAR

Partiendo de la idea de que la música le da estructura a una determinada porción de tiempo, las primeras preguntas que es necesario hacer son:

- En este estilo musical (o en este contexto cultural) ¿el músico se ha propuesto que el oyente sea conciente del proceso temporal que se despliega, o más bien pretende anular su percepción del tiempo?

- ¿Se pretende que el oyente siga el desarrollo temporal de ciertos eventos sonoros, o que se concentre en una cantidad reducida de información reiterada?

La respuesta a estas preguntas da cuenta de la esencia de estilos musicales completamente diferentes, desde estilos discursivos , que proponen articular el tiempo por medio de procesos temporales de conflicto / resolución, hasta músicas que tiene como objetivo generar un estado hipnótico repitiendo constantemente el mismo estímulo.

Una vez ubicado el contexto en que se analizará el mensaje musical, será necesario profundzar en los diferentes aspectos del fenómeno:

- ¿Se pretende comunicar el desarrollo de ideas temáticas , es decir, estructuras melódicas o rítmicas específicas? ¿Esas ideas se articulan entre sí en algún tipo de sintaxis ?¿Se somete a esas ideas a un proceso de elaboración o se las repite sin cambios?

En este nivel del análisis los diferentes tipos de construcción formal mencionados se comprenden mejor.

- ¿Cómo está concebida la organización rítmica , es decir, la relación entre los momentos de aparición de los sonidos? ¿Sigue la cadencia natural de las palabras? ¿Aparecen sonidos a intervalos regulares? ¿Hay algún tipo de proporcionalidad en los intervalos de tiempo? ¿Las entradas de los sonidos aparecen enmascaradas tímbricamente?

Estas y otras posibilidades y sus combinaciones dan cuenta de la particular experiencia física que la recepción del mensaje musical produce en el oyente.

- ¿Cómo se relaciona la música con las palabras ?

Este análisis revela la particular actitud que cada cultura tiene ante la relación jerárquica entre palabras y música: preeminencia de la palabra sobre la música (o viceversa), uso de palabras rituales, textos improvisados, recitado, canto, etc.

- ¿Aparecen eventos simultáneos ? ¿Cómo interactúan?

En este nivel de análisis se estudian las diversas texturas y su importancia en la definición del estilo.

- ¿Qué timbres se han seleccionado?

Voces, instrumentos, sonidos naturales o electrónicos y sus infinitas combinaciones dan cuenta de lo que cada cultura considera merecedor de ser extraido del contexto cotidiano para adquirir un sentido artístico, ritual, religioso o de entretenimiento.

 

EL ESTUDIANTE Y LA MUSICA DE SU CULTURA

El estudiante está inmerso en una determinada cultura y ha desarrollado inconcientemente la habilidad de reconocer los patrones que organizan su música. Si se lo guía en la observación de sus propias percepciones accederá a una mejor comprensión del fenómeno musical y de sus propios procesos perceptivos. Esta comprensión le permitirá también acceder a música de otros estilos y culturas y establecer comparaciones observando similitudes y diferencias. Por ello es importante tener en cuenta las habilidades que cualquier estudiante ya tiene y basar en ellas el plan de trabajo. Se señalan a continuación alagunas de estas habilidades:

- Cualquier estudiante reconoce la diferencia entre el rap (habla pulsada) y el habla normal (ritmo libre) y comprendiendo estos principios rítmicos, puede extender esta percepción a la distinción entre ritmos libres y pulsados en música vocal o instrumental.

- Puede oír el pulso de la percusión que acompaña al rock, extraerlo como fenómenso significativo y luego, aprender a reconocer el pulso aún cuando ningún instrumento lo toque.

- Sobre la base de la percepción del pulso puede comnprender el concepto de acento métrico y reconocer cómo las frases musicales se organizan sobre esos acentos.

- Puede recordar y canturrear las frases melódicas más significativas de piezas musicales que conoce y comprender, por lo tanto, que éstas piezas se articulan alrededor de uno o más temas

- Puede reconocer auditivamente la sensación de reposo que brinda el centro tonal y comparar esa sensación con las que ofrecen otros tipos de música en que las funciones de tensión y reposo no están tan claras.

- Puede reconocer la relación jerárquiza entre melodía y acompañamiento y extender esta percepción a otros tipos de textura .

- Puede enfocar su atención en el reconocimiento auditivo de los timbres de los instrumentos y las voces, como paso previo a la ampliación de su habilidad para reconocer otros timbres

Durante muchos años he desarrollado mi trabajo en diversos contextos educativos basándome en estos conceptos y puedo dar fe de la utilidad de este enfoque en las diferentes etapas de la enseñanza de la música.

En mis años de trabajo en la Universidad de Buenos Aires, por ejemplo, organicé sistemáticamente esta propuesta, tomando como base teórica las propuestas de Leonard Meyer, revisadas y desarrolladas por Francisco Kröpfl, es decir la Teoría de la Gestalt (o teoría de la percepción de configuraciones) y los conceptos de la Teoría de la Información, aplicándolas específicamente a enseñanza de la audición de música a estudiantes sin conocimientos técnio-musicales previos. (Sobre esta experiencia se puede consultar mi libro; ANALISIS AUDITIVO DE LA MUSICA, Edición de la Autora, Buenos Aires, 1999)

Por otra parte, mi participación en las propuestas multiculturales que desarrolló la Sociedad Internacional de Educación Musical en los años 90 me proporcionó un marco más amplio, que permite ubicar cada fenómeno musical en el contexto de la producción sonora de la humanidad.

Y no sólo respeto este enfoque en las primeras etapas de la educación musical: todas las instancias de la formación profesional del músico pueden ser enfocadas desde estas premisas. Si se toma como punto de partida el estudio de cualquier elemento técnico un contacto real con la música este contacto de por sí estimula la necesidad del análisis. Un elemento técnico aprendido de este modo, se comprenderá mejor, se aprehenderá como un dato necesario para la construcción del estilo y se practicará con placer y creatividad.

María del Carmen Aguilar

Sociedad Internacional de Educación Musical (ISME)

website: www.isme.org